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De unos años a esta parte, el catedrático de Teoría política de la Universidad de Cambridge, David Runciman, viene defendiendo una extensión del derecho al voto que incluya a los niños y niñas en Educación Primaria, esto es, desde los seis años hacia adelante. No es el único: se trata de un debate vivo en algunos círculos académicos, que por el momento se concreta en la petición de rebajar la edad de sufragio a los dieciséis, como sucede en Austria (Marshall, 2017). Este texto trata de identificar las consecuencias sociales, políticas y educativas que se derivarían de la extensión del derecho a voto a los seis años, y concluye que tal medida sería deseable. |