El periodo entre el III congreso de Benicàssim (1982) y el IV congreso de Alicante (abril 1985) del PSPV son claves en la configuración de la estructura del poder orgánico e institucional de los socialistas valencianos, y van a marcar la década siguiente, hasta que cambie el ciclo político y gobierne el Partido Popular en 1995. Previo al IV congreso del PSPV-PSOE se celebrará el XXX Congreso Federal del PSOE. Madrid. Los socialistas valencianos asistirán al XXX Congreso Federal del PSOE con 112 delegados que representaban a más de 24.000 militante. El PSPV-PSOE era la segunda federación del PSOE, tras la andaluza. El cabeza de delegación del PSPV-PSOE al XXX congreso, Antonio García Miralles, representaba a 107 delegados de los 112 delegados, los cinco restantes eran de Izquierda Socialista e iban por libre. Los días 19, 20 y 21 de abril de 1985 se celebrará el IV congreso del PSPV-PSOE en Alicante, con el lema "Seguim treballant pel canvi". Alfonso Guerra, en su intervención de apertura del congreso, haría un repaso de la política que estaba desarrollando el Gobierno que presidia Felipe González, y de los logros conseguidos en la consolidación de la democracia y las libertades en España. Joan Lerma, expuso la Gestión de la Comisión Ejecutiva Nacional rindiendo cuentas y haciendo balance de su gestión durante los últimos tres años, explicando que fruto del trabajo de la Ejecutiva y también de todos los militantes se consiguió la estabilidad política del Partido. Así mismo dijo que esto redundo en el éxito electoral del Partido. La Federación Valenciana del PSOE, cerraba su congreso el domingo 21 de abril de 1985, sin satisfacer a ninguna de las partes -aunque la lermista resistía y sobrevivía-, la partida solo había quedado, aparentemente, en tablas. Y era aparentemente, visto con la perspectiva que da el tiempo, que no en el momento, porque se había perdido la oportunidad de renovar el socialismo valenciano, modernizando sus estructuras, sus cuadros y su forma de interactuar con la sociedad valenciana. No habría otra oportunidad, aunque entonces no se sabía. Al contrario, el llamado aparato/fontanería, sus hábitos y costumbres, arraigaran con más fuerza, tras la embestida que había sufrido en el IV Congreso. Sobrevivirán, y el golpe los hará más fuertes. Desde el aparato que controlan, y las instituciones en las que están presentes, reforzaran sus redes clientelares y su presencia a todos los niveles. En apariencia los llamados renovadores habían conseguido una victoria parcial, importante pero parcial. Puro espejismo, como irían comprobando. Poco a poco, Lerma/aparato/fontanería minan sus apoyos, cesándolos en poderes institucionales y orgánicos, hasta hacerles perder la capacidad de ser alternativa. Residuales, aunque presentes. El aparato lermista del partido será muy eficaz en ganar congresos y perder elecciones. La mayoría oficialista que había ganado el III Congreso del PSPV-PSOE en 1982 se dividirá en 1985. El sector renovador lo formaban las figuras claves del partido en las instituciones y en el partido, eran los cuadros más preparados de la organización. No cuestionaran a Joan Lerma, sino a quienes son sus personas de confianza, la fontanería, pero que controlan una parte importante de la organización. Y también la forma de dirigir el partido.